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Un blog sobre algunas cosas y cine.

miércoles, febrero 25, 2004

I am back 

He vuelto!

Tras las correspondientes (y onerosas) reparaciones, estoy otra vez al mando de la nave, ¡y a punto para los Oscars! No dudéis que haré una cobertura exclusiva, con el palmarés completo, mi reportaje sobre el evento y mis opiniones sobre los premios. Mientras tanto, os invito a ver Monster, por la que Charlize Theron está nominada, una triste historia de una psicópata menos por nacimiento que por convicción y odio al sexo masculino. La actuación de Theron es muy convincente, mucho más que la de su compañera de reparto, Christina Ricci, que simplemente está correcta.

Welcome Back!

Ecce Homo 

Este fin de semana se estrena The Passion of the Christ de Mel Gibson en Estados Unidos. Mi gran curiosidad por esta película se está viendo más y más estimulada por las reseñas que salen en AICN y, en especial, por la de Roger Ebert, uno de los mejores críticos de cine norteamericanos, que le da la máxima calificación, no sin decir que "es la película más violenta que he visto nunca". Desde luego, no está causando indiferencia. No puedo dejar de señalar, sin embargo, que la inmensa mayoría de las voces que han hablado de la película de Gibson lo han hecho en función de las ideas que se supone que defiende, en lugar de juzgarla estrictamente por sus valores cinematográficos. Este es un vicio muy enraizado en la profesión crítica, y que ha llevado a considerables errores de juicio que sólo el tiempo ha sabido corregir. Los años han puesto en el sitio que se merecen a Leni Riefenstahl, a Elia Kazan y a S.M. Eisenstein, por poner tres ejemplos enormemente significativos.

martes, febrero 24, 2004

El divino gordito 



Ha salido en los quioscos una colección de Hitchcock en DVD. La misma que hace unos años había salido en VHS, con gran éxito. La verdad es que no sé qué decir de Alfred Hitchcock, que no hayan dicho ya Donald Spoto, François Truffaut, Enrique Alberich y Guillermo del Toro en sus respectivos estudios, magníficos y exhaustivos. Lo único que puedo decir es que siento envidia por aquellos que vean sus películas por vez primera. Hoy en día parece inconcebible que en su momento Hitchcock no tuviera prestigio en el mundo crítico, que fuera considerado como un director entretenido, y poco más, hasta que Cahiers du Cinema le abrió los ojos al mundo. También me resulta fascinante el proyecto que tenía de una película sobre un ciego de nacimiento que recobra de repente la vista en Disneyworld. Y no dejo de recordar que fue sir Alfred quien le dijo a Larry Cohen lo difícil que sería llevar el guión de la espléndida Última Llamada al cine.
Un punto y aparte para la serie Alfred Hitchcock presenta, totalmente controlada por él, de la que dirigió sólo 18 de los 362 episodios (sí, han leído bien) que la componen. Sus presentaciones y despedidas, sus apuntes irónicos al entrar la publicidad, merecerían por sí solos una antología. En esos 18 episodios suyos, Hitchcock presenta su visión despiadada del Universo y su conocida misoginia, adaptando en algunos casos a Roald Dahl, y creando tensión en otros, con elementos mínimos (el episodio ¡Bang, estás muerto!, donde un niño confunde la pistola de su padre con la suya de juguete y entra en un supermercado). En la serie, el director inglés aprendió trucos de economía de medios que le serían muy útiles en Psicosis, hecha en el mismo blanco y negro de la serie. Por favor, olvídense de los remakes coloreados. Son casi un insulto al original.

domingo, febrero 22, 2004

Padres e hijos 



Camino a la perdición, la segunda película de Sam Mendes, es un modelo de perfección. Representa todo lo que yo creo que ha de ser el cine, y muestra una unidad prodigiosa entre lo que cuenta y el cómo lo cuenta, entre sus inolvidables imágenes y su intachable guión. Está muy lejos de ser una película más sobre la mafia, pero su historia es sencilla, lineal y sin complicaciones innecesarias. Un error conduce a una espiral de violencia que conduce a John Sullivan (un taciturno Tom Hanks) y su hijo a un solitario camino de venganza contra Connor Rooney y su padre, amigo y protector de los Sullivan. En el fondo, es la historia de dos padres y dos hijos que viven bajo un código de honor que está abocado a su destrucción, y de la búsqueda de la redención por los pecados.
Todo esto se cuenta en una hora y tres cuartos que no tienen desperdicio, en que las partes de transición están tan trabajadas como las brillantes set-pieces de que está sembrado el film: el duelo al piano entre John Rooney y Sullivan; el cobro del moroso que deviene señal de alarma; el asesino fotógrafo mata a una de sus víctimas en tres planos encadenados de alejamiento progresivo mientras pasa el tren; el hijo de Sullivan llorando en silencio entre la gente que lee periódicos en la estación; la secuencia prodigiosa de los robos a los bancos de Chicago, narrando tres situaciones (los atracos, la espera nerviosa del mercenario y el aprendizaje de la conducción del pequeño Sullivan) en movimiento continuo de izquierda a derecha mientras los planos se funden unos a otros; el inenarreble clímax sin fondo sonoro en la noche lluviosa; toda la calma transmitida por las escenas en la granja.
Memorables los actores, pero por encima de todos, la grandeza de Paul Newman, al que la edad ha ennoblecido como a los buenos vinos. Su personaje, en uno de los muchos diálogos brillantes de la película, dice "Un hombre de honor siempre paga sus deudas", resumiendo en una sola frase toda la historia. Incluso Connor Rooney, a priori un personaje despreciable, no deja de tener su oscura grandeza: "Todo es divertido de cojones", dice en un momento dado, y en otro momento dado, decide dar un paseo bajo una lluvia torrencial aduciendo que "hace una noche espléndida". La banda sonora es la mejor hasta la fecha de Thomas Newman, y la oscura fotografía es del gran veterano Conrad Hall. Una suma de talentos, como puede verse. Está basada en un comic de Max Allan Collins.

sábado, febrero 21, 2004

Mis Oscars favoritos 



Ya queda poquito para la ceremonia de los Oscars. El domingo que viene sabremos quiénes serán los ganadores de esta lista de nominados. Una de las más acertadas de los últimos años, lo que hace muy difícil una elección, que sin embargo es lo que voy a proponer aquí y ahora. Esto no es una quiniela, no son los Oscars que creo que van a ganar, sino los Oscars que quiero que ganen. Es decir, lo que yo votaría si fuera miembro de la Academia en cada categoría.

Mejor Película: El Retorno del Rey
Motivo: la trilogía entera lo merece, y es la mejor de las tres

Mejor Director: Peter Jackson
Motivo: ha salido airoso de una adaptación casi imposible

Mejor Actor: Bill Murray
Motivo: saber hacer reír y llorar sólo los muy grandes saben

Mejor Actriz: Charlize Theron
Motivo: su caracterización como psicópata lesbiana quita el hipo

Actor Secundario: Tim Robbins
Motivo: el mejor retrato de un alienado visto en años

Actriz Secundaria: Marcia Gay Harden
Motivo: borda el papel de esposa de un alienado

Película de Habla no Inglesa: Tasogari Seibei
Motivo: Una película de samurais que avergonzaría a Tom Cruise

Estos son los principales, ahora diré mis elecciones para las nominaciones que conozco de entre el resto:

Guión original: Lost in translation
Guión adaptado: Ciudad de Dios
Pelicula animada: Buscando a Nemo
Fotografía: Ciudad de Dios
Montaje: Ciudad de Dios
Banda sonora original: El retorno del rey
Canción original: El retorno del rey
Efectos visuales: El retorno del rey
Dirección artística: Master and Commander
Diseño de vestuario: El retorno del rey
Maquillaje: El retorno del rey
Montaje de sonido: Master and Commander
Sonido: El retorno del rey
Corto animado: Destino
Documental largo: Capturing the Friedmans

Me dejo las categorías de documental corto y corto en imagen real, porque desconozco las nominadas por completo.

Según mis votos, arrasaría el Señor de los Anillos con 8 oscars, Ciudad de Dios se llevaría 3, la gran perdedora sería Master and Commander con 2, Mystic River se llevaría las 2 estatuillas para sus actores secundarios, y Lost in Translation se llevaría 2 oscars más. Por supuesto, lo que resultará el domingo será completamente distinto (o no tanto). Dentro de una semana lo sabremos.

viernes, febrero 20, 2004

Compás de espera 

Mientras llega Kill Bill vol. 1 a nuestras salas, y visto el panorama, mi consejo es que si viven o están en Barcelona y quieren ver buen cine hay dos opciones atípicas pero muy estimulantes: puede uno acercarse a ver esta exposición y echarle un vistazo al corto animado Destino, la colaboración Dalí-Disney de un interés innegable y que aspira al Oscar en su categoría, o bien pueden acercarse a los cines Imax a ver Misterios del Titanic, un documental de James Cameron en 3D sobre las investigaciones submarinas de lo que queda del famoso buque. No vayan a aburrirse con Cold Mountain, que en la Berlinale son muy listos.

Pasen y vean II 

Los apasionados del cine tendemos a tener opiniones vehementes. Como yo no creo que la mía sea la única, ni la mejor, os invito a ver tres estupendos blogs de cine para contrastar los puntos de vista. En el blog Esa la he visto, Jose C. defiende una postura valientemente lúdica del cine en estos tiempos de "modernidaz". En El cronicón cinéfilo, J.P. Bango demuestra su amor por el cine clásico y la reflexión, acompañado todo ello de estupendas fotografías. Y Cinequanon es un blog escrito por un equipo de cinéfilos a los que no se les escapa prácticamente nada de lo que se proyecta. Adelante, que hay sitio para todos.

jueves, febrero 19, 2004

El misántropo 

Seguro que se acuerdan de Atraco Perfecto, uno de cuyos muchos aciertos eran sus cortantes diálogos. Esa parte del guión le corresponde a Jim Thompson, quizás el escritor al que más le pega el género de "novela negra". En el espléndido documental que Jan Harlan hizo sobre Stanley Kubrick, se nos contaba que éste no era la persona huraña y antisocial que se rumoreaba. Es muy probable que así fuera, pero de lo que no tengo duda es de que la visión que Kubrick tenía del género humano era casi temible. Como prueba de ello, no hace mucho me he enterado de que la novela preferida de Kubrick era El asesino dentro de mí, de Jim Thompson (un libro que Luke Perry menciona en la gélida Normal Life, de John McNaughton). La novela cuenta la historia de un asesino en serie desde su punto de vista. Kubrick incluso tenía pensada una adaptación: y es que basta con ver Eyes Wide Shut, su testamento cinematográfico, para entender su visión amarga de la sociedad. A todo esto me pregunto: ¿cómo es posible que esta novela, ya clásica, no esté traducida al castellano?

miércoles, febrero 18, 2004

Lost in Translation 

A veces la gran ciudad es como un enorme río humano. Y de vez en cuando se da el caso de que dos personas, con rumbos completamente distintos, coinciden. Y a veces, ese encuentro es algo especial. Si la ciudad es Tokyo, las personas mencionadas son un actor maduro y cínico, y una joven inquieta e insegura, tenemos el argumento de Lost in Translation, la segunda película de Sofia Coppola. Una comedia agridulce, que describe a la perfeccíón situaciones por las que todos hemos pasado. Pocas veces ha lucido Tokyo tan bonito y al mismo tiempo tan extraño. Del contraste entre Oriente y Occidente han salido películas notables en el campo de la acción: Yakuza, Black Rain, o Manhattan Sur. Pero muy rara vez una comedia romántica, si es que puede llamarse así. No tengo palabras para describir el trabajo de Bill Murray, magnífico, perfecto. Esperaba mucho de esta película y mis expectativas se han visto ampliamente superadas. Tómense esto como una recomendación.

martes, febrero 17, 2004

El gran enigma 



La muerte del presidente J.F. Kennedy ha desatado muchos ríos de tinta. A las preguntas de quién cometió el magnicidio, y por qué, trata de responder Oliver Stone en la impactante película JFK. Ya Norman Mailer, que calificó el film como un brillante fracaso, señaló la exagerada tendencia de Stone de no exculpar a nadie, convirtiendo el asesinato en una conspiración de alucinante vastedad. Pero cinematográficamente hablando, la película es excelente, y tiene la gran virtud de excitar la curiosidad sobre el tema, una curiosidad que puede saciarse en este sitio, contrario a las tesis de la película, pero con muchos links a páginas favorables a ellas.
En cualquier caso, la mayoría de la gente cree hoy en día que la muerte de Kennedy fue el fruto de una conspiración, y en buena medida es gracias al film de Stone, que presenta una abrumadora cantidad de datos con un montaje extraordinario (obra de Joe Hutshing y Pietro Scalia, que se llevaron un merecido Oscar), con una mezcla asombrosa de formatos, texturas y colores. La mezcla es tan sofisticada que crea una deliberada confusión entre los documentos históricos y los planos ficticios, e incluso introduce algunas curiosas imágenes subliminales, si bien menos de lo que suele afirmarse.
A pesar de que Stone idealiza demasiado al presidente, la historia no nos ahorra detalles sórdidos y escabrosos: la autopsia es casi terrorífica, el coro de personajes que se mueven en Nueva Orleans es siniestro, y hay escenas, como la orgía en casa de Clay Shaw, de un verismo brutal. El verdadero protagonista de JFK, sin embargo, es Lee Harvey Oswald (sobresaliente Gary Oldman). A lo largo de todo el metraje vemos toda la extraña y triste vida de este hombre, cuyo papel en la gran tramoya nunca será del todo desvelado. "Nadie llorará por él", dice Jim Garrison (con la cara y la voz poco probables de Kevin Costner), y, sin embargo, a su manera, es tan digno de piedad como el rey caído de Camelot.

lunes, febrero 16, 2004

Una de romanos 



Esta noche echan Gladiator en la televisión. Una sencilla historia de venganza narrada con notable aparatosidad visual, ambientada en la época de la antigua Roma. Merece la pena revisarla para ver cómo desaprovechan al gran Derek Jacobi, cómo Joaquin Phoenix destroza un personaje tan interesante como el emperador Comodo, y lo bien que lucen (aunque a veces canten mucho) los efectos digitales de hoy en día, sobretodo en las dos mejores escenas: el combate inicial con los germánicos y, por supuesto, la espectacular lucha en la arena. De todos modos, buena parte de la materia argumental de Gladiator se cuenta mucho mejor en La Caída del Imperio Romano, la sombría película de Anthony Mann.
Como curiosidades, Gladiator es la última película de Oliver Reed (en un conmovedor papel), y el protagonista es un general de orígen español. La película tuvo un descomunal éxito, lo que ha matado tres pájaros de un tiro: le dio el estrellato a Russell Crowe (que en L.A. Confidential hacía de sí mismo), relanzó la renqueante carrera de Ridley Scott, y ha resucitado el cine histórico. Este año se estrenará Troya de Wolfgang Petersen y sucesivamente vendrán Alejandro de Oliver Stone, y Kingdom of Heaven, que el mismo Ridley Scott rueda por nuestros lares.
No está mal que haya vuelto un género tan interesante, de esos que veíamos con toda la familia, y que ha dado cosas tan estimables como Quo Vadis de Mervin LeRoy, Ben-Hur de William Wyler (mejor que las mudas, con perdón de los academicistas), Cleopatra de J.L. Mankiewicz, y Espartaco, de Stanley Kubrick. Las semanas santas y demás fiestas religiosas han abusado de este filón, pero siempre es agradable dejarse llevar por la nostalgia y ver esos miles de extras vitoreando a un general. Luego vendrían los peplums italianos y la decadencia del género: Gladiator es, en cierta medida, un sano retorno a los orígenes.

domingo, febrero 15, 2004

Pasen y vean 

Desde aquí os recomiendo a todos que visitéis dos blogs excelentes. Tannhäuser es la bitácora de Javier Iglesias Plaza, que se define como un replicante soñado, y que escribe muy bien sobre literatura, cine y arte, y que también colabora en el sitio de ciencia ficción, una web de referencia sobre el tema, con críticas contundentes y apasionadas. Anedonia es un blog muy bien diseñado, escrito a cuatro manos por namorita y faemino, con contenidos muy variados, como cine, música e informática. Ambos dos están en mi lista de enlaces, por supuesto.

sábado, febrero 14, 2004

Love is in the air 



Hoy el es el día de los enamorados. Aunque siempre he mantenido un cauto escepticismo frente a estas fiestas prefabricadas, el evento puede ser una excusa para una bonita sesión de cine con la pareja. El astuto Harry Knowles recomienda una lista excelente (un buen muestrario de la cantidad y calidad de lo que se edita al otro lado del charco) de cintas de temática romántica, desde un prisma amplio y variado. De todos modos, no hay que olvidar que casi todas las películas son en el fondo historias de amor. ¿Cuáles recomendaría yo? El demonio de las armas de Joseph H. Lewis, Hannibal de Ridley Scott, West Side Story de Robert Wise, Vértigo de Hitchcock (cómo no), El Imperio de los Sentidos de Nagisa Oshima, Johnny Guitar de Nicholas Ray, Abismos de Pasión de Luis Buñuel, El ángel azul de Josef Von Sternberg, El Jorobado de Notre-Dâme, de la Disney, La mosca de David Cronemberg, Garras Humanas de Tod Browning, Marty de Delbert Mann, Días de vino y rosas de Blake Edwards, Breve Encuentro de David Lean, Tú y yo de Leo McCarey, El fantasma y la Sra Muir de J.L Mankiewicz, Cuando el viento sopla, de Jimmy Murakami, y, si la pareja es realmente abierta de miras, hay un episodio de la vieja serie de Star Trek que supera a todas en belleza e imaginación: en Metamorfosis una entidad viviente en forma de nube se enamora de un gran científico por su intelecto. Los que den un repasito a la lista se darán cuenta de que las historias de amor más bonitas suelen durar poco, y que el amor más puro es, quizás, aquél que no es correspondido.

Nubes de tormenta 

Para los que siguen la actualidad cinematográfica, el cine clásico puede quedar un poco olvidado. Hasta la página de referencia actual en temas de cine acusa esto: no es muy lógico que El Señor de los Anillos esté mejor puntuada que Intolerancia, por poner un ejemplo. Pero como el lenguaje del cine no avanza a la par que su técnica (ni mucho menos), se pueden encontrar maravillosas historias rebuscando un poco en los archivos. Una película que siempre me ha emocionado íntimamente es La tormenta mortal, de Frank Borzage. James Stewart (un actor que como John Wayne, se ignora a menudo lo bueno que era), hace de profesor universitario en una pequeña ciudad rural de Alemania. Estando en casa con su familia, la radio proclama la noticia asombrosa de que Adolf Hitler ha llegado al poder. Las consecuencias serán desastrosas a un nivel íntimo y personal para el profesor, por el simple hecho de manifestar su desacuerdo con el nuevo órden: sus alumnos, que un día lo respetaron, lo desprecian y humillan. Su familia se divide, hasta el punto de que está en trance de perder a tres de sus hijos por meras diferencias políticas. La soledad del profesor, sólo por defender el sentido común en un mundo que está al borde de volverse loco, es sobrecogedora. Naturalmente, no desvelaré el final: es un melodrama lleno de grandeza, al estilo de lo mejor de Frank Capra. Y, sobretodo, tiene esa virtud, propia del cine bien hecho, de tocar temas que nos son familiares a todos de algún modo, en un estilo elegante y sobrio, pero cargado de significaciones.

viernes, febrero 13, 2004

Versión original 

El cine, como sabemos, es una ilusión que nos creemos. No sólo lo que nos cuentan es una representación ficticia, sino que la forma en que lo vemos es un engaño al ojo. Pero hay cosas que fuerzan la suspensión de la incredulidad hasta extremos poco prudentes. Una de ellas es el doblaje, que consiste en ver un actor y oír a otro actor. Tiene miga la cosa: aunque Constantino Romero tenga una voz muy potente, su entonación no coincide con el movimiento de labios de Clint Eastwood, ni transmite lo mismo. En el difícil trabajo de un actor, lo que dice no es menos importante que el cómo lo dice. Y en eso la voz juega un papel fundamental, insustituible. Yo no sé un ápice de japonés, pero no concibo un doblador que pueda emular la rabia impotente de la voz de Toshiro Mifune cuando le dicen que han secuestrado a su hijo en El Infierno del Odio. No sé nada de sueco, pero ninguna voz española puede suplir la angustiosa entonación del cruzado de El Séptimo Sello. Más allá de la barrera idiomática, hay un lenguaje de la emoción que se pierde al ser doblado. Y para entender lo que se dice, están los subtítulos que, se diga lo que se diga, están en el mismo plano visual que la imagen, independientemente del tamaño de la pantalla en que se ve la película. Buena prueba de ello es que en Sudamérica es inconcebible el doblaje: todo el mundo, abuelas y niños, van a ver las películas en su voz original y con los subtítulos correspondientes. Es decir, que reivindicar el cine en versión original no es cosa de puristas ni pedantes: en Argentina Titanic tuvo el mismo éxito que aquí, aunque la voz de Leonardo di Caprio fuera "ligeramente" distinta.

jueves, febrero 12, 2004

El juego del poder 

Estos días, Terra tiene problemas (de esos que no quiero saber), y además estaré ocupado con cosas prosaicas. Pero, como últimamente la actualidad está llena de política y elecciones, me gustaría recomendar el visionado de la película que mejor retrata lo sucio que puede ser el poder. Se trata de Tempestad sobre Washington, de Otto Preminger. Basada en un novelón de Allen Drury, esta película es un retrato implacable de las intrigas de alto nivel, de cómo respetables senadores pueden aplastar a las personas como insectos por un asunto trivial como es el nombramiento de un secretario de Estado. Además, este film recoge la última interpretación del magno Charles Laughton en el cine, y que sin dificultad destaca por encima de todo el brillante y largo reparto. Una verdadera joya en cinemascope e increíble blanco y negro.

miércoles, febrero 11, 2004

Matrix Revisited 



Ahora que ya ha pasado un tiempo prudencial, se puede echar un repaso a la trilogía Matrix, una de las más influyentes de la ciencia ficción contemporánea. No me quiero extender sobre los posibles significados y referentes que los hermanos Wachowski han barajado. Este libro sirve perfectamente para ello. Hablemos de las películas: Matrix, la original, es realmente una pieza brillante de ciencia ficción. Introduce ideas provocadoras (el hombre como virus, la realidad como ilusión, la guerra entre máquinas y humanos) dentro de un esquema narrativo tan viejo como efectivo (chico se convierte en héroe, salva al mundo, y salva a la chica que ama). Pero además lo hace con mucha pericia visual: la conversación con el oráculo es trascendental y aparenta no serlo, la primera lección de Morfeo a Neo ocurre en el vacío espacial y sonoro, los embriones que alimentan a las máquinas y están rodeados de ellas, los impresionantes combates entre el kung-fu y el tiempo congelado, tan imitados y parodiados en lo sucesivo.
La cosa pudo quedarse ahí, pero fue un gran éxito económico, y el público pedía más. Así llegó Matrix Reloaded, que es una película problemática, tremendamente polémica. Lo que más choca es lo distinta que es de la original: en algunos casos para peor (el segmento en Zión es casi ridículo, los combates rozan la parodia, los diálogos empiezan a ser farragosos, y hay personajes completamente prescindibles). Pero a mí me resulta un acierto, sobretodo a partir de la segunda mitad: es innegable que la persecución en la autopista es un tour de force inigualable, y que los últimos compases, con el Arquitecto y todas sus sorprendentes revelaciones, resultan fascinantes. Todos queríamos respuestas a las preguntas planteadas, que daban un nuevo sentido a la historia original.
De paso llegó, en plena mercadotecnia, una colección de cortos de anime, Animatrix, algo desigual, que ampliaba o explicaba algunos puntos de la historia. De esos cortos, me quedo con Second Rennaisance (la historia de cómo empezó todo el jaleo) y Beyond (una pequeña joya animada). Incluso sacaron un videojuego, más bien prescindible, y unos comics estimables, que pueden verse en el sitio oficial de la saga.
Y el gran batacazo llegó con Matrix Revolutions: no sólo no responde a ninguna de las preguntas planteadas en Reloaded, sino que amplía los defectos de ésta hasta hacerlos extensivos a todo su metraje. Los diálogos van de lo pretencioso a lo pueril, la trama queda reducida a un combate gargantuesco (que remite a Akira y a Dragon Ball) entre Neo y el Agente Smith (por cierto, desde ya uno de los grandes villanos de la historia de la ciencia ficción), la conclusión es sonrojante, el montaje es extraño y apresurado (parece que necesitara de una version superextendida para entender algunas cosas), y los personajes quedan reducidos a caricaturas. Eso sí, el ataque masivo de centinelas a Zión justificaría por sí solo un Oscar a los efectos visuales. Pero Revolutions no es una conclusión digna para una trilogía tan ambiciosa como ésta.

martes, febrero 10, 2004

Star Wars en DVD 

Es la noticia del día, aunque no es una gran sorpresa. En Otoño salen las tres películas clásicas de La Guerra de las Galaxias en DVD. Como era previsible, salen con todos los parches, y quizás algunos más, que Lucas le ha ido poniendo para su reestreno. Aquellos a los que nos gusta la cosa a la vieja usanza, tendremos que seguir tirando de esos entrañables VHS. De todos modos, aunque sólo sea por los extras que prometen, ya vale la pena. La noticia se puede encontrar, mucho más detallada, én el sitio oficial y también aquí.

lunes, febrero 09, 2004

De reyes y bufones 

William Shakespeare ha sido llevado muchas veces al cine, con más o menos acierto. En este post, el primero en que trato la relación entre literatura y cine, me gustaría señalar las películas que mejor han sabido captar el espíritu de este gran autor. Laurence Olivier fue un gran devoto, y donde rozó la perfección fue en su viscoso y denso Ricardo III. Kenneth Branagh, su heredero natural, ha logrado varias adaptaciones estupendas, pero mi favorita es su mastodóntico Hamlet. Akira Kurosawa logró trasladar el espíritu, que no la letra de El Rey Lear en Ran, una de sus obras mayores. El estilo académico de Franco Zeffirelli se adapta muy bien a Romeo y Julieta. J.L. Mankiewicz rodó un Julio César que hace vibrar y emocionar al mismo tiempo. Sólo Roman Polanski ha sabido llevar con acierto toda la oscura grandeza de Macbeth. Y para el final dejo al inconmensurable Orson Welles: es un milagro que Othello tenga tanta fuerza teniendo en cuenta las penosas condiciones de rodaje, y Campanadas a medianoche es la más brillante y completa adaptación de Shakespeare al cine jamás hecha. Que se dice pronto.

Zatoichi 

Me ha decepcionado a medias la última película de "Beat" Kitano. El cine Verdi Park estaba a rebosar, y la gente salía contenta. Yo me quedé con la sensación de que Kitano no estaba cómodo en el género de samurais y de época. Las películas que más redondas le han salido son las de yakuzas, es donde se mueve como pez en el agua, con Hana-Bi como cumbre absoluta. Zatoichi es una película notable, desde luego: los toques de humor surrealista, las impresionantes luchas a espada, la sensación de alegría musical que transmite, el profundo enraizamiento en la cultura nipona que Kitano conoce perfectamente. Los homenajes a Akira Kurosawa, concretamente a Los Siete Samurais y a Sanjuro de las camelias, no sólo están justificados por la trama sino que le quedan muy espectaculares. Pero en mi opinión Kitano complica demasiado las cosas con apuntes de estilo. No he visto las viejas películas del mítico personaje, pero adivino que son simples y efectivas como un western, lo que me hubiera gustado de ésta.

domingo, febrero 08, 2004

De obras 

He estado el domingo de obras y apaños. Solucionando, o más bien enfrentándome a ciertos problemas que me da el bendito Blogger. "Cambiando muchas cosas para que todo siga igual", como decía el Gatopardo. Me gusta hacer cambios frecuentes y aprender constantemente. He puesto una foto al lado del título, que, por si alguien lo ignoraba, corresponde a Peeping Tom, la gran película de Michael Powell sobre el voyeurismo cinematográfico. Un buen símbolo del cine y el espectador inquietos.

sábado, febrero 07, 2004

Almas de Metal 



Inteligencia Artificial (A.I.), de Steven Spielberg, es una obra maestra, una de esas raras películas que excitan la imaginación y el pensamiento, y que no dejan indiferente. Es una pelí­cula larga, densa, revolucionaria, y la más personal de su director desde La lista de Schindler. Por estas razones, ha ido acompañada de la división de opiniones desde su estreno hasta hoy. Una obra tan amarga y llena de connotaciones no puede ser plato a gusto de todos. Por otro lado, hacer pensar al público es, a veces, exigirle demasiado. Voy a esbozar un breve análisis de esta maravilla, de las razones por las que me ha cautivado tanto.
Se ha dicho mucho sobre lo que hubiera hecho Kubrick con este material. Ya Spielberg dejó claro que habí­a mucho más de Kubrick que de él en A.I. En todo caso, en esta página se analizan las posibles diferencias entre el tratamiento original y el producto final, así­ que cada cual puede sacar sus propias conclusiones sobre el tema.
A.I. es la historia del amor no correspondido y de la búsqueda de los sueños imposibles. Lo paradójico es que esta búsqueda la realice un robot y no un ser humano. En toda la pelí­cula, los robots se muestran más compasivos e inteligentes que sus dueños. El "hermano" de David muestra la crueldad infantil en toda su expresión. Sus "padres" se mueven por razones egoí­stas. Las multitudes destrozan a los robots en una surrealista Feria de la Carne. Incluso el Profesor Hobby creó a David para suplir una pérdida personal. El robot es el único que "persigue sus sueños" como dice el profesor, sólo por amor incondicional. Cuando descubre que no es único, no sólo reacciona con rabia, como ya predijo su padre adoptivo: se suicida.
"Al final, sólo quedaremos nosotros", dice Gigolo Joe, el curioso compañero de aventuras de David. Eso se cumple en el epí­logo, incomprendido, tristí­simo: David es el único testimonio de que una vez existieron humanos en la Tierra, y al final consigue ver a Mónica, al precio de su propio sacrificio. Significativamente, cierra los ojos, por primera y última vez. En Rouge City, delante de una Iglesia, Gigolo Joe comenta "los que nos crearon buscan al que los creó. Cantan, juntan las manos, se miran los pies. Aquí­ encuentro mis mejores clientas", con una ironía muy ácida. Esa frase sintetiza el leit-motiv de la pelí­cula: estamos condenados a fracasar en la búsqueda de los ideales.
¡Y qué bien rodada está A.I.! Spielberg usa todos los trucos aprendidos y más. Hay homenajes disimulados a toda su obra a lo largo de la pelí­cula. En la Feria de la Carne, el tipo que descubre a David usa un aparato para analizarlo que se le estropea convenientemente para darle la vuelta, enfocar a su hija y permitirnos ver que es un cañón de rayos X. En la casa de sus padres adoptivos, las estrí­as transparentes de las puertas sirven para señalar la extrañeza inicial de Mónica hacia su nuevo hijo robot. Cuando capturan a Gigolo Joe, se ve como asciende a los cielos, a su muerte, en un plano frontal desde el suelo. La búsqueda de David por Teddy en la Feria es un larguí­simo plano-secuencia que nos enseña todas las barracas. Los robots escarbando entre los restos salen huyendo de la Luna que se alza para perseguirlos: primero nos inquietan y luego nos inquietamos por ellos. La huida de Rouge City en anfibicótero es una comunión impresionante entre imágen, música (inspiradí­simo John Williams), y espectáculo.
Son tantas razones por las que una primera visión de A.I. es muy apresurada, que no puedo sino recomendar mirarla con atención, y con mucho amor: porque es una historia que, sin dejar de apelar al cerebro, va directa al corazón, a "donde los leones lloran", y que es más, muchí­simo más, que un Pinocho futurista.

viernes, febrero 06, 2004

Hace mucho tiempo... 



En 1977 cambió nuestra vida. Hasta entonces el cine iba por unos derroteros un tanto alejados de los sueños de los chavales. Entonces llegó la noticia que se extendió como el aceite, fuimos al cine y vimos cómo una pequeña nave era perseguida por un crucero que no se acababa nunca. No es ni mucho menos exagerado decir que el rumbo del cine cambió por completo. La saga de Star Wars ha durado hasta hoy, en plena expectación por el rodaje del episodio III. George Lucas ha creado una mitologí­a muy personal y una cinematografí­a muy peculiar. Las pelí­culas de la Guerra de las Galaxias (para mí­, no hay mayores diferencias entre viejas y nuevas trilogí­as), están filmadas de un modo deliberadamente arcaico: no hay un solo flashback, no hay ralentí­s, ni siquiera fundidos en negro, los cambios de escena se hacen al estilo mudo, con cortinillas. Es, desde el punto de vista fí­lmico, una anomalí­a de gran eficacia visual. Un poco por salirme de la norma, pongo tres links curiosos sobre el tema: en The Lost Episodes hay documentación de la saga que pudo ser y no fue, en Starkiller hay una colección de guiones primitivos ilustrados, y en Star Wars Origins se repasan exhaustivamente todas las posibles influencias de las que Lucas bebió para construir su historia. No está mal para empezar, ya que no será la última vez que hable de ello aquí­.

jueves, febrero 05, 2004

La pasión según Gibson 

La polémica ha acompañado a esta pelí­cula desde el principio. Cada dos por tres sale alguna noticia al respecto. Tal es la tangana que se ha montado entre miembros de distintas religiones que desde la página oficial hay peticiones de apoyo a su distribución. ¡Como si hiciera falta! La polémica ya ayudó a Scorsese con La Última Tentación de Cristo. Pero disquisiciones aparte, lo que queda saber es qué fuerza tendrá esta narración de las últimas horas de Jesús en la pantalla. Mel Gibson es un director que domina por igual el registro delicado que el fí­sico, como se vio en Braveheart. Y mi intuición me dice que esta pelí­cula puede ser algo realmente sorprendente. Si no hay cambios, se estrenará en Semana Santa.

Un viejo sueño 

Roy Disney (del que hablábamos más abajo) ha venido a ¡Barcelona! No por otra razón que para presentar el cortometraje animado Destino, un antiguo proyecto de colaboración entre Salvador Dalí­ y Disney, y que se ha realizado 50 años después, siguiendo los bocetos del pintor, con las técnicas más modernas. El cortometraje se presentará en cine y DVD, y es un firme aspirante al Oscar al mejor cortometraje animado. No es casual que coincida con los fastos del centenario del genio de Figueres. Un buen ejemplo de que los sueños nunca mueren, sólo mueren los propósitos.

miércoles, febrero 04, 2004

Festival de Sitges 



En el Festival de Cinema de Catalunya 2003, a cargo de Ángel Sala, se proyectaron muchí­simas pelí­culas, divididas en varias secciones paralelas y multitud de minisecciones aparte. Una auténtica borrachera de cine, sobretodo oriental, que bienvenida sea. Es en estos certámenes que uno puede ver pelí­culas que no se ven en ningún otro sitio. La verdad es que no pude asistir al evento, pero con la información en la mano, hay unos cuantos filmes vistos allí­, que a priori parecen interesantes. Al menos estos son los que yo pienso ver y que recomiendo desde aquí. Zatoichi de Takeshi Kitano y Kill Bill Vol. 1 de Quentin Tarantino son elecciones obvias. La matanza de Texas puede ser un remake interesante. Cure de Kiyoshi Kurosawa parece un thriller atractivo. Ong-Bak. Muay Thai Warrior es lo útimo en artes marciales, Dead End es la sensación de San Sebastián, Gozu del apasionante Takeshi Miike, y cualquier cosa de él. La adaptación del inquietante manga Dragon Head. El anime Tokyo Godfathers de Satoshi Kon, y el anime coreano Wonderful Days, por más que lo critiquen. De Corea también llegaron tres cositas muy interesantes: Save the Green Planet, A Tale of Two Sisters, y Memories of Murder. De Michael Haneke, otro director sin desperdicio, se vio Le temps du loup. Y para acabar, The saddest music in the world de Guy Maddin, una cosa inclasificable. Apretadita selección, pero suficiente para abrir boca este año. ¿Llegarán estas pelí­culas al cine o al videoclub? Chi lo sá.

The sound of music 


Gran tema este de las bandas sonoras, merecerí­a un estudio verdaderamente amplio y exhaustivo. En el DVD de extras de Alien que forma parte de este maravilloso pack hay un interesante featurette en la que se ponen de manifiesto las enormes diferencias entre Jerry Goldsmith y los productores de la pelí­cula, y se dicen muchí­simas cosas valiosas sobre la labor de la música en el cine. ¿Tiene sentido escuchar la música de una pelí­cula extraí­da de su función de ilustración de la imagen? Muchos dicen que no. Yo opino que sí­: al fin y al cabo escuchamos Cascanueces de Tchaikovsky sin ver el ballet, y también las óperas, que tienen un componente teatral que no está cuando ponemos el CD (o vinilo). La belleza de la música sirve, además, para evocarnos la belleza de las imágenes a que está asociada: mucha gente lo entendió así­ al comprarse este disco y este otro. ¿Preferencias? Yo me decanto por tres colosos: Bernard Herrmann, Alex North y John Williams. En español no hay muchas revistas ni páginas web sobre este tema especí­fico, pero sí­ en inglés: estos tres links son muy útiles para estar al dí­a: Music from the Movies, SoundtrackNet y Tracksounds.

martes, febrero 03, 2004

Salvar al soldado Mickey 

La verdad es que me interesan poco los tejemanejes ejecutivos, pero Walt Disney Productions está pasando por auténticas horas negras. La gestión equivocada de Michael Eisner ha provocado la marcha de Roy Disney de la directiva. El sobrino de Walt ha montado su propia página de protesta desde la que proclama por un retorno a los orí­genes y por la marcha del ogro Eisner. Sumemos a eso la secesión provocada del estudio de Florida. Sumemos a eso la ruptura del acuerdo con Pixar, que era su verdadera fuente de ingresos en los últimos años, y el cuadro resulta preocupante. Y lo cierto es que las últimas pelí­culas de Disney no están tan mal. Dinosaurio es fallida a nivel de guión, pero técnicamente es apabullante, Atlantis es un interesante hí­brido de aventuras y comedia, El emperador y sus locuras es un hilarante delirio surrealista, Lilo y Stitch es una delicia sin más, y El Planeta del Tesoro es desde mi punto de vista una obra magistral, a pesar de su enorme fracaso comercial. Pronto se estrena Hermano Oso y queda una última intentona de animación tradicional, Home in the Range. En cualquier caso, no es la primera crisis por la que Disney pasa en su larga historia.

La novia se retrasa 



Literalmente vergonzoso el retraso de Kill Bill Vol. 1 en España. Después de su deslumbrante preestreno en el Festival de Sitges, un problema de entendimiento entre distribuidoras (Miramax, Buena Vista y Manga Films), ha provocado que el estreno de esta esperadí­sima nueva pelí­cula de Quentin Tarantino haya sido relegado al 5 de Marzo. En este enlace podéis ver las fechas de estreno en distintos paí­ses para comparar y sonrojarse. Y el problema dista mucho de solucionarse. Por estas fechas se estrena Titus, de Julie Taymor, una estimulante rareza que se produjo hace ya cuatro años. En la revista Imágenes de Actualidad, sección Zona sin Lí­mites, Ángel Sala comenta el problema y da una lista apabullante de pelí­culas pendientes de estreno en nuestro paí­s. Luego nos extrañamos del auge de la piraterí­a. Pero como un servidor es legal, esperará con paciencia de chino a su estreno y dará cuenta de ello.

What´s up doc? 

¡Al fin! Los seguidores del DVD (aunque mi aparato está ya un poco para el arrastre), pasamos más suspense que el que nos hizo pasar el inmenso Alfred Hitchcock. Warner Brothers celebra su 20 aniversario trayendo cine a casa, y algunos de sus lanzamientos estrella se aproximan ya. Entre ellos, la alucinante caja The Looney Tunes Golden Collection con nada menos que 56 de los mejores cortos de la historia de la casa animada, y la primera temporada de una de mis series favoritas: Urgencias. Ejem... acepto préstamos a un bajo nivel de interés.

Caracoles y hostias 

Sobre el cine español pueden decirse muchas cosas, más o menos subjetivas. En todo caso, lo que menos necesita la industria nacional es una campaña de defensa frente al cine americano tan triste como la que nos dan en la televisión. El spot es como sigue: un niño sale a jugar al béisbol y se da cuenta de que su padre no está para verle, reflexionando en voz alta. "Caracoles", acaba diciendo. Entonces sale Antonio Resines y le dice "oye chaval, que nosotros no lo hacemos así, ahí está tu padre así que déjate de chorradas". Luego se burla de los "caracoles, caracoles" y sale José Coronado entrando a la graderí­a. El anuncio da una doble falsa imagen: la de que en el cine americano todos dicen horteradas y la de que en nuestro cine todos dicen tacos. ¿En eso consiste lo de "nosotros sentimos de modo diferente"? Lo malo, lo peor, es que en el caso de nuestro cine se aproxima más a la verdad que en el de la poderosa y nada subvencionada industria a la que pretende oponerse. El día que nosotros tengamos un festival como éste quizás podremos estar en posición de dar lecciones a los demás.

lunes, febrero 02, 2004

Blog de notas 

Madre mía, no he dormido para tirar esto adelante, y aún así estoy lejí­simos de estar satisfecho. Esto de los weblogs es una pasada, diga lo que diga Quim Monzó, a mí­ me parece una forma inmejorable de libre expresión, de esa cosa de la que tan faltos estamos cuando vemos la televisión o leemos los periódicos. En este enlace se analiza el fenómeno y sale una lista destacada de 100 weblogs de habla hispana, todos ellos dignos de estudio para un aficionadillo como yo. ¡Ars longa vita brevis!

OK Corral 

Esta noche Jose Luis Garci programa Duelo de Titanes, de John Sturges. Buena ocasión para ver la mejor versión que se ha hecho del duelo que Wyatt Earp y Doc Holiday mantuvieron con los Clanton en OK Corral. Personalmente, creo que es incluso superior a Pasión de los Fuertes de John Ford. Hay otras películas sobre el tema: Sturges mismo lo retomarí­a, de forma mucho más extraña, en La Hora de las Pistolas, y hay alguna que otra pequeña joya de serie B. De las dos películas modernas sobre ello, Wyatt Earp y Tombstone, mejor no hablar. Son verdaderamente horrendas.

Goyescas 

Estupefacto me he quedado viendo la gala de los Goya. Un año más, se ha desviado ligeramente la atención de lo que debiera ser (unos premios de Cine), hacia aquello en lo que se ha venido convirtiendo (un espectáculo político). La ceremonia no fue precisamente vistosa, y los discursos más bien acartonados (impagable la poca gracia de algunos/as), por no hablar de la traca final, sonrojante. Me gustarí­a, sin embargo, destacar tres cosas:

El palmarés fue justo. Te doy mis ojos es en justicia la mejor película española del 2003, y fue la reina de la noche.

Mortadelo y Filemón ganó cinco Goyas. Nadie mencionó el nombre de Francisco Ibáñez, lo cual me parece increí­ble.

Julio Medem no ganó nada. A pesar de los muchos guiños de los que subí­an a animarle, es un hecho muy significativo. Tal vez por eso ha anunciado volver a dedicarse a la ficción.

Acuerdos y desacuerdos 

Por cierto, ya que nos referimos a los Globos de Oro, el í­nclito Carlos Pumares se los carga, cosa con la que no puedo estar en mayor desacuerdo. Tanto los premios (que yo mismo comenté en directo con los locos del chat de la mejor página de cine que conozco) como las nominaciones a los Oscars son de lo más acertado que ha habido en años. Un crí­tico bastante más perspicaz ya se ha dado cuenta de ello. Que gane esa grandiosa película sobre anillos, magos y brujos que ha dirigido un tío llamado Peter.

Breve Encuentro en Tokyo 

No me tiréis piedras por el aspecto primitivo de la página. Me quedan muchí­simas cosas por aprender, hacer, y retocar. En breve pondré mis links favoritos, para empezar. Pero una de las cosas que querí­a comentar pero YA es la próxima pelí­cula de Sofia Coppola, Lost in Translation. Ha ganado importantes premios, como los Globos de Oro, y está nominada a varios Oscars. Tengo unas enormes ganas de verla, no sólo por ver al enorme Bill Murray en el que dicen es el mejor papel de su carrera, o a Scarlett Johansson, que realmente está muy rica, sino por el escenario. Japón es un país fascinante desde cualquier punto de vista, un paí­s infinitamente extraño y hostil, lleno de tecnologí­a y soledad a partes iguales, donde conviven los mangas eróticos con las ceremonias rituales más antiguas, donde tres mil personas hacen cola en Ginza para comprar en una tienda Apple y el único paí­s donde lo más vendido en música es el jazz. Un marco muy apropiado para la atí­pica historia de amor que nos propone la peli. Banzai!

Ha nacido una estrella 

¡Este es el principio! No puedo negar mi absoluta excitación al respecto. Un blog es el ejercicio máximo del onanismo intelectual, pasatiempo al que he sido aficionado durante casi toda mi vida. La otra cosa que me ha obsesionado siempre es el cine. Este weblog pretende ser un vademécum de cosas que giren alrededor del cine, esa maravillosa linterna mágica que nos transporta por un poquití­n de dinero. También hablaré de otras cosas que me interesan, todas ellas relacionadas con lo visual y lo poético. ¡Bienvenidos a mi linterna mágica! El show va a comenzar. Y las manos me tiemblan, me siento igual que un niño acabado de nacer.

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